Lo que iba a ser el tercer compromiso matrimonial de Britney Spears, parece ser que se ha quedado en el aire, no sólo porque el novio le ha ofrecido su rotunda negativa si no que, para que no exista la menor duda, el que iba a ser futuro esposo, ha salido huyendo.
Hace sólo unos días que dábamos la noticia de la próxima boda de Britney, algo que ha anunciado a “bombo y platillo” y con la que, según las propias declaraciones de la artista, estaba totalmente ilusionada, tanto es así que llegó a pedirle permiso a sus padres. Ilusión y amor incondicional que, al parecer, no sentía Jason Trawick.
Hace sólo unos días que dábamos la noticia de la próxima boda de Britney, algo que ha anunciado a “bombo y platillo” y con la que, según las propias declaraciones de la artista, estaba totalmente ilusionada, tanto es así que llegó a pedirle permiso a sus padres. Ilusión y amor incondicional que, al parecer, no sentía Jason Trawick.
Después de dos matrimonios fallidos, la cantante tenía claro que Jason era el hombre de su vida y, por eso, estaba convencida de que iba a pasar el resto de su vida a su lado. Amigos pertenecientes a su círculo íntimo no dudaban en comentar que veían a Britney ilusionada como nunca y que ya se veía como la señora Trawick.
Y fue durante su gira en Australia cuando, formalmente, la cantante le pidió la mano a su amigo y representante. La respuesta de Jason fue contundente y su “no rotundo” vino acompañado, además, con una huída en toda regla. Según publica el diario “Daily Star”, el representante dejó plantada a Britney en tierras australianas para pillarse el primer vuelo que lo devolviera, sano y soltero, a Estados Unidos.
La cantante, según cuentan sus amigos, está desolada con esta negativa. Y es que parece ser que la chica ha confundido amor con amistad ya que el regreso de Jason a su vida era sólo para ayudarle en su nueva gira ya que nunca ha estado de acuerdo con la forma de vida que ha seguido la estadounidense
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